Las formas tradicionales de enseñanza parecieran idealizar un alumno. A partir de eso entonces se piensa que existiría la posibilidad de uniformar o de concebir un método que sería aplicable a la gran mayoría. Uno de los problemas mayores que tiene esta forma es cómo queda entonces el alumno que no se adapta a ese método. Queda, por así decirlo, patologizado. Para decirlo de otro modo, quien no se adapta a la forma que tiene el método queda excluído de la posibilidad de aprender, bajo la forma de una patologización encubierta: llámese falta de talento, llámese vagancia...
Luego se suele aconsejar al alumno, bajo las formas stándard: la cantidad de horas de estudio, el modo de estudiar.
Antes que nada, podemos decir que el método es el conjunto de recursos concebidos por el docentes para facilitar la aproximación del alumno a la ejecución.
Pero el mismo profesor no tiene un método, en todo caso, nos tomamos el tiempo para evaluar con el alumno cuáles serán los recursos que le facilitaremos, por dónde es recomendable comenzar y dónde no.
En ese momento el profesor tendrá en cuenta todos esos recursos que posee.
Luego, habrá que ver qué respuesta (o respuestas) el alumno irá teniendo a nuestras propuestas.
El docente necesita tomarse mucho tiempo para ir pensando que modos de abordaje tendrá ese alumno.
1 comentario:
creo que no es el metodo en si,sino cual!cada sujeto es diferente entre si,por lo tanto deberia tomarse un metodo especifico con cada alumno,ahi entraria un poquito la sicologia no?
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