Sigue siendo un pensamiento constante. Es casi como el centro de toda la enseñanza del instrumento. Y es lo que tal vez esté más continuamente cuestionado.
- Una técnica debe ser necesariamente un modo eficaz de acercarse al instrumento. Por lo tanto implicará la construcción de recursos adecuados al instrumento y al ejecutante.
- Debe ser seguramente holística, ser globalizadora. Debe ser una reflexión sobre el ejecutante en sus aspectos físicos como psíquicos. En todo caso, actualmente lo pienso como la intervención sobre el cuerpo para que el cuerpo pueda vehiculizar sus emociones en el instrumento.
- Debe cumplir con el principio de economía tan difundido y aceptado por la mayoría de los acercamientos instrumentales.
- Debe tener el cuenta, dentro de este principio, la relajación, primero como modo de aprovechamiento de las energías. También, porque cuando dejan de funcionar los grandes grupos musculares (o tal vez de ocupar el centro del funcionamiento) comiencen a intervenir músculos más útiles, más finos.
- La relajación es el gran capítulo. No debe ser una declaración de principios. No se debe utilizar de modo pasivo. No sirve de nada relajarse antes. Mejor dicho, es sólo el comienzo: la técnica, debe ser una técnica de relajación y debe ser una relajación activa. Relajarse mientras se toca.
- La relajación debe respetar también el principio de tensión reposo. El toque duro es el toque donde hay tensión pero no reposo.
-Finalmente la técnica es una construcción compartida y participada y reflexiva. El alumno debe ser el centro de la reflexión y de la investigación. Por eso se trabajará con el alumno participando y contando sus sensaciones tanto corporales como auditivas. Porque esto es lo que él llevará a su casa para poder estudiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario