Las formas tradicionales de enseñanza parecieran idealizar un alumno. A partir de eso entonces se piensa que existiría la posibilidad de uniformar o de concebir un método que sería aplicable a la gran mayoría. Uno de los problemas mayores que tiene esta forma es cómo queda entonces el alumno que no se adapta a ese método. Queda, por así decirlo, patologizado. Para decirlo de otro modo, quien no se adapta a la forma que tiene el método queda excluído de la posibilidad de aprender, bajo la forma de una patologización encubierta: llámese falta de talento, llámese vagancia...
Luego se suele aconsejar al alumno, bajo las formas stándard: la cantidad de horas de estudio, el modo de estudiar.
Antes que nada, podemos decir que el método es el conjunto de recursos concebidos por el docentes para facilitar la aproximación del alumno a la ejecución.
Pero el mismo profesor no tiene un método, en todo caso, nos tomamos el tiempo para evaluar con el alumno cuáles serán los recursos que le facilitaremos, por dónde es recomendable comenzar y dónde no.
En ese momento el profesor tendrá en cuenta todos esos recursos que posee.
Luego, habrá que ver qué respuesta (o respuestas) el alumno irá teniendo a nuestras propuestas.
El docente necesita tomarse mucho tiempo para ir pensando que modos de abordaje tendrá ese alumno.
Música, psicoanálisis y enseñanza de la música. Tres pasiones. ¿Lograremos algo poniendo a convivir estos tres campos? ¿Cuáles serán las tensiones que producirán? Bien, para hacerme y hacernos estas preguntas pues, este blog.
lunes, 1 de noviembre de 2010
sábado, 30 de octubre de 2010
La técnica hoy
Sigue siendo un pensamiento constante. Es casi como el centro de toda la enseñanza del instrumento. Y es lo que tal vez esté más continuamente cuestionado.
- Una técnica debe ser necesariamente un modo eficaz de acercarse al instrumento. Por lo tanto implicará la construcción de recursos adecuados al instrumento y al ejecutante.
- Debe ser seguramente holística, ser globalizadora. Debe ser una reflexión sobre el ejecutante en sus aspectos físicos como psíquicos. En todo caso, actualmente lo pienso como la intervención sobre el cuerpo para que el cuerpo pueda vehiculizar sus emociones en el instrumento.
- Debe cumplir con el principio de economía tan difundido y aceptado por la mayoría de los acercamientos instrumentales.
- Debe tener el cuenta, dentro de este principio, la relajación, primero como modo de aprovechamiento de las energías. También, porque cuando dejan de funcionar los grandes grupos musculares (o tal vez de ocupar el centro del funcionamiento) comiencen a intervenir músculos más útiles, más finos.
- La relajación es el gran capítulo. No debe ser una declaración de principios. No se debe utilizar de modo pasivo. No sirve de nada relajarse antes. Mejor dicho, es sólo el comienzo: la técnica, debe ser una técnica de relajación y debe ser una relajación activa. Relajarse mientras se toca.
- La relajación debe respetar también el principio de tensión reposo. El toque duro es el toque donde hay tensión pero no reposo.
-Finalmente la técnica es una construcción compartida y participada y reflexiva. El alumno debe ser el centro de la reflexión y de la investigación. Por eso se trabajará con el alumno participando y contando sus sensaciones tanto corporales como auditivas. Porque esto es lo que él llevará a su casa para poder estudiar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)